Una de pensamiento: El suicidio de España


textoalternativo


Se presentan a continuación algunos extractos del autor (Enrique de Diego), apostillados por el que suscribe:?

Fue, entonces, cuando, en apariencia exhaustas las fuerzas, cansados los ciudadanos de tanto abandono revestido de prudencia, (…) asumieron la tremenda responsabilidad de aquella hora y protagonizaron —contra viento y marea de coacciones y trampas electorales— la rebelión cívica: ciertamente el parte de Franco (Españoles, la guerra ha terminado…) era menos apocalíptico.
Continuar

Frente a la exaltación interesada y beata de la transición (a ver si resulta que la tal exaltación la promueve Arzallus y Jordi Pujol), el autor señala y desmenuza el error del proceso: el sistema electoral. (Tenia que ser, si a estos españoles no se les puede dejar sólos…).
El suicidio de España es el libro imprescindible para, en la actual hora de emergencia nacional, comprender y superar el nacionalismo. Supongo que la apostilla será de un amigo del autor… Hora de emergencia nacional: volvemos al leguaje apocalíptico.

Los nacionalistas (…) también intentan presentarse como la culminación de la democracia, pervirtiendo el lenguaje. (…) Hemos visto ya alguna tendencia a la modificación de los apellidos para atenerse a la narrativa unívoca del grupo. Tal vez se refiera a la familia Palacio (doña Ana y doña Loyola), ... antes Jauregui

Aunque (los nacionalistas) suelen ser muy laxos respecto al respeto de los derechos personales (¡esto sí que es matizar...!) , los nacionalistas propugnan la existencia de derechos colectivos de los seres antropomórficos de su imaginario. En ese sentido, la lengua tiene derechos. ¿Admitiría en autor esos derechos si estuvieramos hablando del castellano/español?. ¿A qué viene pues el Instituto Cervantes y no se cuantas payasadas más?

El más falaz y peligroso de esos pseudoderechos colectivos es el de autodeterminación. (…) Propuesta clave para el nacimiento y la proliferación de grupos terroristas. Por eso los nuevos aliados pasan de las Naciones Unidas -que sí que reconoce ese derecho- y le zumban al moro hasta hartarse...

El nacionalismo (…) ofrece a sus adeptos una visión simple de la vida, con coordenadas precisas, que permite establecer líneas concretas con dialécticas nítidas de amigo-enemigo. ¡Coño¡, va a resultar que Bush es nacionalista y por estos pagos sin enteranrnos.

La fuerza del nacionalismo no se entiende si no se tiene en cuenta que se trata de un sustituto de la religión, de una cosmovisión salvífica. Es decir, el Movimiento Nacional.
Y todo, por quince euros.

Etiquetas: