Hacia un mundo sin petróleo


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En el último año se ha generalizado la aceptación de que las curvas de nuevos descubrimientos y de producción (extracciones) de petróleo tienen aproximadamente forma de campana, lo que supone que ambas variables descienden inexorablemente, una vez que alcanzan sus techos. Los yacimientos gigantescos se descubrieron a mediados del siglo XX. El techo de la curva de nuevos hallazgos se alcanzó en 1964, y desde entonces se ha reducido drásticamente el petróleo descubierto (que procede de yacimientos pequeños). Como la demanda crece, llega un momento en que se consume más petróleo que el que se descubre, de modo que empieza un proceso de agotamiento de las reservas. Este punto se alcanzó en 1981, y ahora de cada 4-6 barriles consumidos (según diferentes estimaciones) sólo uno procede de petróleo recientemente descubierto. Además, desde 2003 se está incrementando el ritmo de consumo. Hay unanimidad en que la oferta sólo sobrepasa a la demanda en medio millón de barriles diarios (el consumo es de unos 83 millones al día), por lo que cualquier interrupción en el suministro se traduce en una explosión de los precios, tal como ha ocurrido en 2004. Por todo ello, la mayoría de los expertos consideran que el techo de extracciones de petróleo está cerca. Muchos lo sitúan en esta década.

Reflexiones de Roberto Bermejo Gómez de Segura (Profesor de la UPV y miembro de Bakeaz) en Diario Vasco (15/03/05)

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