La voz de la familia


Una de las hermanas del camionero asesinado se plantea enfrentarse al Sinn Féin en las urnas

Begoña Arce. En El Periódico, 15/03/05

En el hogar de Short Strand, el barrio republicano del este de Belfast que funciona como cuartel general de las hermanas McCartney, es fácil encontrar a Catherine. Basta con seguir la estela que el humo de su cigarrillo va dejando por la casa, invadida desde hace semanas por la prensa de medio mundo. Fumadora empedernida, su melena, de un negro intenso, contrasta con la palidez de su rostro marcado por el cansancio.

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Profesora de Historia y Ciencias Políticas, Catherine está pensando muy seriamente en plantar cara en las urnas al que era su partido, el Sinn Féin, y presentarse como candidata independiente en las elecciones generales del mes de mayo al Parlamento de Londres. La lucha de las McCartney para que la muerte de su hermano Robert, camionero de profesión, no quede impune, ha desembocado en una campaña internacional de repudio contra el IRA.

Dolor y muerte

De dolor y de muerte estas cinco hermanas saben bastante. Criadas bajo el fuego y las balas de los grupos lealistas protestantes, su otro hermano varón, Gerard, tenía 28 años cuando se suicidó a causa de una depresión. Les quedaba Robert, quien preparaba su boda para el próximo julio con su prometida, la rubia y bellísima Bridgeen Hagans. El hotel que habían elegido para el convite queda precisamente a pocos metros del pub donde ocurrió el crimen, el pasado 30 de enero. A los dos hijos de la pareja les han dicho que su padre se ha ido al cielo y no entienden por qué la casa está llena de gente entrando y saliendo.

Brandon, de 2 años, va bien, pero su hermano Conlaed, de 4, no acepta separarse ni un segundo de su madre por miedo a no volver a verla. Ayer, mientras las hermanas McCartney viajaban a EEUU para llevar su campaña a la mismísima Casa Blanca, en el Sinn Féin seguían tratando de limitar las consecuencias de este movimiento de furia popular, que puede llevarles al divorcio definitivo con el IRA.

En sendas declaraciones a través de sus respectivos abogados, dos candidatas del partido de Gerry Adams, admitieron hallarse en el pub Magennis la noche del asesinato. Ninguna vio nada de nada. El Sinn Féin ha suspendido de militancia a seis de sus miembros, pero nadie hasta ahora ha sido procesado por la muerte de Robert. De las 70 personas presentes en el bar, ninguna ha acudido a la policía.

Las hermanas McCartney aseguran que los capos del IRA siguen intimidando a los testigos para que guarden silencio. A ellas sin embargo, no hay quien las calle.

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