Joxemari Olarra & Joseba Arregi


No he podido resistirme a la tentación de hacer un estudio comparativo de los artículos que ayer publicaron quienes en el título mentamos. Olarra Agiriano es, hoy día, ex-parlamentario y ex-miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Sus análisis políticos siempre han tenido suficiente cancha en la prensa afín a la izquierda abertzale por poseer sus planteamientos gran predicamento entre sus fieles. Publicó ayer un artículo en Gara que, aun con ser tres folios de largo, podía haberse quedado en el titular, por ser él brevísima síntesis del texto "PNV a la oposición: hipótesis de trabajo ¿o tal vez más? Pero para adornarlo, he extraido de él un par de párrafos que considero pueden ser ilustrativos, no sólo del pensamiento de Olarra, sino de todo el colectivo al que pertenece, incluida ETA: " Para los burukides la cuestión política siempre es mucho más concreta. Se renuevan los presupuestos, los contratos, los planes y las facturas de sus tarjetas oro. (...) La prioridad absoluta de la izquierda abertzale es la solución del conflicto. (...) ¿Quien puede hacer más por ésto, hoy? ¿Un PNV en la oposición o un PNV que mantiene su gestión intacta? ¿Qién haría más en este sentido, el que mendiga con Madrid o quien dispone de línea directa con el Gobierno español? Refiriéndose a ellos mismos dice: "No hay mayor enemigo político en este momento que el conservadurismo en todas sus facetas. (...) Tenemos la determinación de abrir definitivamente una nueva etapa."

¿Hay que desarrollarlo? Yo no.
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De Joseba Arregi conocemos prácticamente todo, menos en qué cargo finiquitará su andadura política. La semana pasada, cuando el gobierno central expresó su intención de solicitar el plácet congresual con el objeto de negociar con ETA si ésta dejaba las armas, Arregi arremetió contra el propio Zapatero, reprochándole su tibia actitud. En un intento de reconducirse, también el publicó, ayer, un artículo (otro más) en el Correo con, también en este caso, titular conciso y explícito "Sí, pero aclarando". Ahora bien, sus dos últimos párrafos, su epílogo en definitiva, es categórico, de sentencia de púlpito: "(..) Y esto vale no sólo para las relaciones que vayan a existir entre ETA y el Gobierno central, sino también, y en especial, para el diálogo que vayan a llevar a cabo los partidos políticos vascos para reformar el Estatuto: no puede introducirse por la puerta falsa de ese diálogo lo que no puede aparecer en la relación entre ETA y el Ejecutivo central.

Es de capital importancia que quede totalmente claro que la afirmación del Gobierno de Zapatero de que no va a haber ningún precio político por dejar de matar, que la referencia a que la política puede ayudar a cerrar ese capítulo infame de la historia vasca y española, no incluye en ningún momento y en ninguna mesa, una forma de definir la sociedad vasca, institucional y jurídicamente, en la línea de lo que ha pretendido siempre ETA."


¿Por qué será que los renegados necesitan ser más papistas que el Papa?. Cuando el Parlamento Vasco, por mayoría absoluta, aprobó el Nuevo Estatuto se opuso con calificativos de calibre grueso. Cuando se plantea la necesidad de generar dinámicas inter-partitarias que coadyuven a crear un ambiente propicio para un posterior desarrollo político en el Parlamento, nada de nada: aquí espíritu pactista del Estatuto de Genika (¿de cuál hablará?), y luego gloria. Intransigente do los haya este Arregi.