Las escaleras mimetizadas.


Vengo leyendo desde hace tiempo acerca de las escaleras mecánicas que el Ayuntamiento estudia instalar en el Casco Histórico de nuestra ciudad. Para nada pienso oponerme a cualquier mejora urbanística que elimine barreras o facilite la accesibilidad a todos los espacios de la ciudad. Pero de ahí a la bilbainada –y que me disculpen los bilbaínos- de las rampas mecánicas, me parece que hay un trecho.

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Problemas como el de la vivienda, la seguridad, las infraestructuras de determinados barrios, los derivados de la de circulación y de la falta de aparcamientos, el de la inmigración ociosa u otros muchos deben ser, en mi opinión abordados con años luz de antelación al de las escaleras mecánicas. ¿A que viene está política de grandes reclamos urbanísticos que tanto le gusta a los Sres. Alonso e Ibarrondo? ¿No serán cortinas de humo que tapen las verdaderas reivindicaciones de los vecinos? ¿Se acuerdan en el ayuntamiento del incremento de las contribuciones urbanas?, ¿son conscientes de que vivimos en una ciudad desproporcionadamente cara?, en fin son muchas las dudas que surgen de a dónde nos quieren llevar nuestro actual equipo de gobierno municipal.

Y por si fuera poco, nos dice el concejal de Urbanismo –el mejor concejal de urbanismo que ha tenido la ciudad, según palabras del actual Alcalde-, que las rampas mecánicas, con soterramiento incluido, "se mimetizarán por completo con el entorno, de tal manera que generen el menor impacto posible en la idiosincrasia arquitectónica del Casco Histórico”. Aparte de que el impacto que me preocupa no es el de la idiosincrasia (¿qué tendrá que ver…?) sino el urbanístico-estético, sospecho que el aspecto de los cantones con los pirulos de la recogida neumática de basura más la escalerita de marras, con célula fotoeléctrica y todo, no va a ser, precisamente, un ejemplo de mimetismo.