El fin del 'Londonistán'


A nosotros, "ni nos va ni nos viene, pero por comentar..."

Londres ya no es un santuario. (...)Aunque para muchos no constituye una novedad. "Hace ya varios años que el Londonistán no tiene nada que ver con el de los años 90", explica Dominique Thomas, investigador y conocedor del universo político-religioso del islamismo radical en Londres.
Leer el artículo de Mirelle Duteil que ayer recogía La Vanguardia

Londres ya no es un santuario. Es una terrible evidencia que los británicos acaban de sufrir en sus carnes tras los monstruosos atentados que golpearon la capital el 7 de julio. Aunque para muchos no constituye una novedad. "Hace ya varios años que el Londonistán no tiene nada que ver con el de los años 90", explica Dominique Thomas, investigador y conocedor del universo político-religioso del islamismo radical en Londres. Precisamente el término Londonistán surgió en la prensa árabe, a principios de esa década, cuando yihadistas procedentes de Afganistán se instalaron en la capital británica. Algunos barrios cambiaron de rostro. Todo cambió. ¿Su objetivo? Continuar, en particular en los estados árabes "impíos", la yihad iniciada en las montañas afganas. Y si han acudido a Londres más que al resto de Europa es en tanto que la capital británica acogía fácimente a los proscritos. Al menos ésa es la tradición. En el Londonistán, a comienzos de los años 90, los islamistas salafistas que venían de Afganistán se dividieron en dos grandes familias. La primera, la de los islamistas nacionalistas, quiere derrocar en primer lugar los regímenes de sus países de origen. La segunda familia es la de los yihadistas internacionales, a la búsqueda de nuevas tierras de yihad para implantar su revolución islámica e instaurar el califato.

Durante muchos años, un acuerdo tácito vinculó a las autoridades británicas y a los islamistas radicales. En nombre de la libertad de expresión, tenían derecho a la palabra a condición de renunciar a toda clase de acción violenta. El Reino Unido podía ser un santuario, en el que en todo caso los locos de Dios eran vigilados de cerca. Ha sido ésa una política que ha irritado a las capitales europeas, que consideran que Londres ha jugado con fuego. ¿Hay un lazo directo entre los salafistas yihadistas del Londonistán y los ataques? "No se puede excluir que la detención de los líderes haya dejado vía libre a elementos más radicalizados que se han vinculado al terrorismo", dice Thomas. Pero es Iraq quien ha abierto la caja de Pandora de los terroristas islamistas.