Fusión de las cajas: ¿y a nosotros qué?

Mucho se viene hablando en los últimos días del retomado proyecto de fusión de las tres cajas vascas. Se habla y se escribe mucho, pero siempre desde una misma óptica, la de los intereses políticos: se habla y se escribe de lo bien que le viene el proyecto a unos, de la oposición política que otros tratan de ejercer, de la postura cambiante de los de más allá,… en fin, de política.

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Mentiría si dijera que la política no me importa, por que me importa, pero si quiero, por una vez, levantar el lápiz reclamando el debate y la información que a este respecto -creo- a los ciudadanos nos importa. Como ciudadano –bastante normal- que soy, debo confesar que cuando acudo a la Vital Kutxa, a Caja Madrid, al BBVA o a la BBK, poco o nada pienso en sus respectivos Consejos de Administración y en los equilibrios de mayorías políticas que cada uno encierre. Confieso que al acudir a una u otra entidad sólo me preocupa el servicio que vaya a recibir, lo que ese servicio me vaya a costar y, por concretar, las condiciones del préstamo que voy a solicitar: eso es lo que me importa; y no que el presidente sea fulanito o menganito, alineado o promovido por rojos, verdes o blancos.

Y este es el debate que reclamo: ¿qué ventajas y/o que inconvenientes me va a reportar la fusión o no de aquellas tres entidades?. Como alaveses, bizkainos o gipuzkoanos, ¿va a mejorar el servicio que hoy recibimos de aquellas entidades?, ¿permitirá la fusión un abaratamiento de sus productos? Estas cuestiones son las que, antes que nada, me interesa conocer. Y esas son las cuestiones de las que, en estos días de los que tanto se habla y se escribe, ni oigo ni leo una sola palabra.