Los católicos y el PP, de la mano, a la conquista de la calle


Santiago matamoros

Y van no sé cuantas. Este fervor callejero les debe venir de Juan Pablo II, tan dado él al baño de masas. Me cuesta imaginar a los católicos vascos, con quienes comparto templo y comunión, vociferando como locos, bandera española en ristre, en contra de todo lo que no sea el PP. Aquí, los de la diócesis bizkaitarra suben anualmente a Urkiola; los giputxis peregrinan a Arantzazu; los alaveses a Estibalitz, donde acabo de estar con mis hijos; los navarros (los de UPN incluidos) colapsan, año tras año, los accesos a Javier. Desconozco cuáles puedan ser las zonas de veneración de Iparralde después de 200 años de republicanismo agnóstico.
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Los fantasmas republicanos vuelven a aflorar. Los “rojos” anti-eclesiásticos y los “fachas” ultra católicos. Y las iglesias periféricas peninsulares, también adscritas a la Conferencia Episcopal encabezada por el “vasco” Blázquez, intentando capear el temporal como pueden en sus circunscripciones, más propensos a no reconocerse uno más de aquéllos que dados a protestar contra el gobierno socialista.

Una institución tan necesitada de los fondos públicos tiene que ser algo más respetuosa con sus benefactores. Deben ser cerca de 3.000.000.00 los euros que la Iglesia católica española recibe de las arcas estatales. Tienen el mismo derecho que el resto, es verdad. Pero si nos atenemos a que el gobierno garantiza la enseñanza básica gratuita a todos los ciudadanos, habremos de colegir que la enseñanza privada es una elección libre de los padres, fuera del circuito público. Es por ello que quien está obligado a pedir debe ser algo más humilde.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

No le busques tres pies al gato. Las apariciones del PP con los obispos de la mano son una pura cuestión de conveniencia. A Rajoy para su estrategia de escenificar un enfrentamiento social al gobierno socialista le viene de perlas el poder de convocatoria de los obispos. Y a la inversa, a los obispos, empeñados muchos de ellos en su integrismo y en la defensa de “sus” valores, les viene de maravilla la dimensión laica que Rajoy les aporta y alimentar así su cruzada a caballo entre lo divino y lo humano.

Ya que no se puede dudar de la inteligencia y la buena fe de muchos de los miles de ciudadanos que acuden a estas citas, la duda que queda es saber por quien se sienten convocados, si por la cruz o por la espada.

15 noviembre, 2005 11:55  

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