 "Los proyectos del PSE-EE y del PNV son muy distintos y lo que los socialistas defendemos es otra forma de hacer las cosas, sobre todo después del veredicto de las urnas. (...)Asimismo desde Euskadi, el PSE-EE debiera estar abierto a debatir y negociar con el Gobierno vasco las cuentas presupuestarias y las políticas de país para llegar a acuerdos que faciliten la gobernabilidad y la estabilidad de las instituciones."
Artículo de J. Rojo en El Correo. |
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2 Comentarios:
El inmovilismo en el que hemos vivido en Euskadi, dice Rojo, es consecuencia del terrorismo. No vamos a negar ahora la penosa influencia que la violencia ha tenido sobre la sociedad vasca, pero si no hubiera sido Madrid, o lo que es lo mismo el PP y el PSOE, quienes se han acogido a ese terrorismo como excusa para enrocarse e impedir el legítimo desarrollo de la autonomía vasca, no se hubiera dado ese escenario de inmovilismo.
Por supuesto que ETA ha provocado la fractura de la que habla Rojo, pero el enfrentamiento entre formaciones políticas del que se lamenta surge desde el momento en que, interesadamente, las instancias autodenominadas constitucionalistas deciden ampliar la satanización de los violentos a todas las opciones nacionalistas y, hecho esto, condenar al ostracismo –y a la cárcel- a todo lo que se separe un ápice del discurso del “Una, Grande y Libre”.
De igual manera que el desencuentro vivido hasta ahora no es sólo imputable a la acción de los violentos, tampoco ahora, a la vista casi de un posible fin de esa violencia, si no existe un cambio en la actitud de los interlocutores (Estado-Euskadi) y un reconocimiento de lo legítimo de las reivindicaciones de nuestra capacidad de decidir, mal vamos. Y leyendo a Rojo que “es tiempo de dejar de hablar de nacionalistas y no nacionalistas” y que, por el contrario, es momento de hablar de una sociedad, como la define la Constitución, plural y moderna, que desea avanzar y no quedarse en discursos llenos de sentimiento patriótico, vacíos de contenido político, social o económico, efectivamente, mal vamos.
Hace trampa Javier Rojo cuando propone consensos después de haber negado lo legítimo de la discrepancia.
No soporto que pretenda Javier Rojo dar lecciones de voluntad de acuerdo y de consenso. Si algo ha distinguido a los socialistas alaveses, es haber tratado de rentabilizar en provecho propio una posición de bisagra que, creían, les daba capacidad para hacer y deshacer a su antojo y con total olvido de los intereses de alava y de los alaveses.
"Son nuevos tiempos para avanzar juntos", dice. Además de ser un canto al sol que no va más allá de lo bonito de las palabras, ¿juntos con quien?. Estoy de acuerdo con zarrato cuando señala que tratar de meternos a todos en el mismo saco es hacer trampa. Si quiere Rojo presentarse con talla de hombre de estado, que es a lo que juega desde que es presidente del senado, tendrá que empezar por reconocre que no todos pensamos igual, que aquí, en Euskadi el estado tiene un problema que no se arregla con decir "ser buenos", hay que afrontarlo, estudiarlo y darle una solución. Eso es ser un estadista.
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