¿Tecnócratas o políticos?

He asistido a la charla de G. Saenz de Samaniego, consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el Batzoki Gasteiz-Erdialde. Para quien, como un servidor, es profano en la materia la exposición ha sido técnicamente correcta; y, aún abundando en datos, ha conseguido trabar una charla aceptable. Pero no me he sentido ante un político, sino ante un tecnócrata, un burócrata. Me imagino que un ponente modelará su discurso en función de determinados aspectos, en función de la audiencia y el lugar. Estábamos en un Batzoki.

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Toda la charla ha considerado arrantzales a los pescadores de la CAV, y a los de Iparralde los ha incrustado, sin más explicaciones, en territorio comanche, en Francia. Le he interpelado al respecto, interesándome por los hermanos arrantzales del norte. En su respuesta ha vuelto a considerar a unos arrantzales; y a los otros, franceses. Y no lo ha hecho de mala fe. Es que no le salía.

Otra asistente (muy nacionalista ella) consideraba extraña la patata navarra, ajena al país, a la tierra vasca. Para patata nacional (aunque en pequeñico), la alavesa; faltaría más.

Me impresiona de sobremanera la inconsistencia ideológica de nuestra afiliación, lo cual resulta más sangrante en las élites gobernantes. Nuestros burukides han de tomarse la cuestión como prioritaria. El otro sector abertzale, que guarda armas para asaltar la fortaleza del poder, está infinitamente más concienciado que nosotros.

Lo que ocurre con nuestros máximos es aquello de "¿Y quién juzgará a los jueces?”; pues eso “¿Y quién concienciará a los burukides?”