No les habrá resultado sencillo apurar la redacción final y definitiva. Este es un texto diseñado, en primera instancia, por los “capaces” del sector Imaz: él mismo y J. Ariztondo. Tampoco imagino a Egibar y Gerenabarrena aceptando disciplinadamente, y sin más, el primer borrador que, allá por agosto, les presentaran los redactores. Luego, de algunos aspectos del texto, se deduce que el auzolan previo ha sido intenso. Pero, a su vez, cabe decir a su favor que la imagen dada es de unidad. ¿A qué obedece la ausencia de I. Gerenabarrena?
El texto y el momento pueden ser cuestionados en varios aspectos, pero no cabe duda de que su trascendencia no puede ser cuestionada. Tendrá la virtualidad, para los suscribientes, de que marginará de la agenda política a otras posturas que copaban titulares e iniciativas. Me refiero, en concreto, a la continua batería de apariciones y propuestas que ETA/Batasuna estaba desplegando desde el verano, y que habían conseguido reducir a un segundo plano a la formación jeltzala, más preocupada en trabajos de fontanería interna.
El discurso en sí es la viva plasmación de la ambigüedad del PNV, que da la sensación, a unos, de pasarse, y a otros de no llegar. Habla tanto de nación y territorialidad refiriéndose al conjunto del territorio vasco y lo denomina Euskadi, como se refiere a la CAV y también lo denomina Euskadi. Es el discurso de la parte por el todo, que no es intencionado en él, sino sentido y vivido. Detalle a tener en cuenta, sin embargo, es que JJ Imaz hizo uso de las tres lenguas del territorio vasco: euskara, español y francés.
Hay un claro intento por marcar la muga respecto de ETA/Batasuna. Les cuestiona su arrogancia al proclamarse como agentes determinantes y catalizadores de la actual situación. Es decir, no está dispuesta a admitir que se presenten como causa y objeto del proceso que empieza a estar en ciernes. De ahí que: «EAJ-PNV plantea, como exigencia democrática, que el diálogo resolutivo para el final del proceso no sea consecuencia de la violencia, sino de su cese». O que: “(...) en un proceso de paz ETA y el Estado no son los únicos agentes, porque construir la paz es tarea de todos»
En cuanto a su posicionamiento político-estratégico de cara al futuro sus ejes de actuación son un claro ejemplo del carácter transaccional del texto. Partiendo de la innegable existencia del pueblo (¿sociedad?) vasco como sujeto de derechos, plantea derecho a decidir como elemento básico del procedimiento. A su vez, la nueva terminología del sector abanderado del EBB se abre camino con menciones tanto al pueblo como a la sociedad; al acuerdo integrador, sin exclusiones, de las diferentes sensibilidades; a la superación del Estatuto de Gernika y su plasmación en otro texto que suscita tanto apoyo como tuvo aquél, lo cual se me antoja como poco complicado.
En el fondo de todo el discurso detectamos la figura de uno de los dos ausentes ayer, de Ibarretxe, así como de su denostado Plan, del Nuevo Estatuto aprobado por mayoría absoluta en la Cámara Vasca un 30 de diciembre de 2004, y despreciado sin contemplaciones en el Congreso español. Un lehendakari que parece haber renacido de sus cenizas con capacidad suficiente para liderar el nuevo momento que se avecina.
En definitiva: la sucesión de acontecimientos de este fin de semana ponen al PNV nuevamente en candelero, al frente de una situación que, aceptémoslo, va a ser duramente disputada por las otras formaciones políticas. Por de pronto, el fin de semana que viene será el de la gloria del PSE.