ETA: de aquello, a ésto


Escribe J. Elzo en El Correo que de la ETA que fué, de sus comunicados de radicalismo reivindicativo, ya no queda nada. Dice que ETA se ha adpatado a la Declaración de Anoeta, y que el cambio es debido a que la "(...) izquierda abertzale internalizado que su proyecto político en la sociedad vasca ha fracasado y que ya no hay margen de maniobra para llevarlo a buen término." Afirma, así mismo, Elzo que los cuatro grandes objetivos del MLNV, los mismos que han servido como excusa/causa para matar a casi 1.000 personas han quedado reducidos a lo que otros partidos abertzales han defendido por métodos pacíficos. ¿Cuásles fueron los objetivos?: Una Euskadi independiene, socialista, euskaldun y unificada. ¿En qué situación estamos después de cuarenta años de muertes y extorsión? Lo cuenta Elzo:

"1º- ¿Somos hoy más independientes? Obviamente no y si hoy tenemos más competencias es gracias al Estututo, que ellos no votaron, y al Concierto Económico.
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2ª: ¿Están más unidos los diferentes territorios de Euskal Herria? Piénsese dónde ha quedado aquello de 'Nafarroa, Euskadi da'. Navarra es, políticamente hablando, el gran drama del nacionalismo vasco. Que me hayan echado atrás libros porque había titulado 'Euskalherria en la encuesta de valores' y hayan tenido que salir titulados (para no quedarse en el cajón) como 'Vascos y navarros en la encuesta europea de valores' es una muestra que he vivido en carne propia. 3º: ¿Somos más euskaldunes? Sí, pero no por obra del MLNV, sino del empuje de la propia sociedad vasca, de organismos como Kontseilua y, sobre todo, por la determinación del nacionalismo democrático impulsando el euskera desde las instituciones, especialmente en los diferentes niveles de enseñanza. Hoy, por dar un ejemplo, en la UPV-EHU se puede estudiar la carrera de Física en euskera. En fin, y 4º, ¿alguien en su sano juicio se atreve a decir que Euskadi es una sociedad socialista en el sentido fuerte de la palabra? Euskadi es una sociedad que sabe aliar como pocas el trabajo y la fiesta, la tradición con la posmodernidad, el bien vivir con dosis de solidaridad y apertura al diferente. Pero, eso sí, con el bolsillo bien lleno y sin aventuras de economías planificadas donde la iniciativa privada no tenga espacio propio. Cuba puede estar bien para pasar unas vacaciones, pero no conozco a ningún vasco, por muy de la izquierda abertzale que sea, que se haya ido a vivir, voluntariamente, al paraíso de Fidel."