La solución sólo será posible entre todos


Prof. César Arrondo. Universidad Nacional de La Plata (Argentina)

Los estudiosos de las formas de representación política, concuerdan en que la democracia es el gobierno del pueblo, como así también, que para que esta exista, deben funcionar partidos políticos que expresen y representen las diferentes formas de pensamiento. En este sentido, las formaciones políticas cumplen un rol fundamental en la vida de los pueblos y los estados, al constituir herramientas fundamentales emanada de la voluntad popular, con derecho a debatir y proponer en nombre de sus representados.
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En esta nueva etapa que se inaugura a partir del anuncio de ETA, los partidos políticos tanto vascos, como los de los Estados implicados (Francia y España), jugarán un rol fundamental, en la búsqueda de lograr la pacificación definitiva y la normalización política de Euskal Herría.

Los primeros movimientos de cara a encausar el proceso de negociación, nos muestran a los partidos del Estado (PP- PSOE) intentando capitalizar el momento político. En este sentido, las declaraciones posteriores al primer encuentro entre Zapatero y Rajoy, luego de meses de desencuentros, revelan un íntimo deseo, hegemónico y excluyente, partiendo del supuesto, de que tanto a ellos, como a Madrid, les corresponda un rol fundamental en la solución del contencioso vasco. Abona esta tesis, sus propios dichos, cuando afirman, que - el sistema de mesas de diálogo está superado -, como así también, de que -se podría convocar a los integrantes del pacto antiterrorista - como marco adecuado para solucionar el tema vasco.

No creo que exista ningún inconveniente en que el gobierno de Madrid y los partidos del Estado participen de la posible búsqueda de una solución del conflicto vasco. Pero una cosa muy diferente, es que pretendan arrogarse el derecho a resolver en solitario. Corresponderá a Madrid resolver con ETA temas tales como, la situación de los presos vascos, los juicios iniciados contra militantes abertzales por la Audiencia Nacional, y la reinserción digna de esos colectivos a un escenario de normalización política.

Mucho han trabajado los agentes políticos y sociales vascos para llegar al escenario actual, aportando ideas y produciendo gestos. Ejemplo de ello, son las aportaciones del Foro Nacional de Debate y la Mesa de Acuerdo Político. De lo antes dicho, surge que los partidos vascos, han sido y serán el eje convocante de cualquier espacio de diálogo para resolver el contencioso vasco, sin pretender por ello, ningún protagonismo partidario ni personal.

La cuestión política vasca, y los reclamos históricos de esta nación sin Estado, deben solucionarse en otros ámbitos, diferentes a los planteados para resolver las cuestiones entre Madrid y ETA. Sin ninguna duda, el conflicto vasco es anterior al surgimiento de ETA, y lo podemos situar históricamente sin temor a equivocarnos, en el momento en que los vascos perdieron sus Fueros o leyes viejas, y las instituciones políticas propias del pueblo Euskaldum. Por lo tanto, en la mesa de dialogo, se deberá discutir teniendo en cuenta estas reivindicaciones históricas, aceptando el derecho a decidir que le corresponde a las ciudadanas y ciudadanos. En este sentido, debe quedar en claro, que ni Madrid, ni París, podrán ejercer el derecho a veto sobre los avances soberanos que el pueblo vasco determine.
Mientras tanto, y como un gesto positivo y humanitario de cara a la construcción del camino iniciado a partir del anuncio de ETA, el gobierno de Madrid y los partidos políticos del Estado, podrían realizar un aporte a la solución del contencioso vasco, poniendo fin a la dispersión de los presos vascos.