La sinceridad en el "proceso"


EH

Decía Olarra en el comentario a un post anterior: Para que un proceso sea efectivo, tiene que ser sincero y por lo tanto debe implicar cambios de actitud y en el caso de un partido político eso conlleva cambios en el "equipo titular". Si los que lideraron (y llevaron al fracaso) Euskal Herritarrok son los que tienen que liderar el proceso hacia la paz y hacia la aceptación de las reglas de juego comunes, el camino se adivina más tortuoso y dificil de lo que ya de por sí debiera resultar.

¿Cómo va a aceptar la decisión soberana del pueblo, quien no lo respeta?

Y en este caso no es solamente el PP o los sectores más reaccionarios (y mayoritarios) del PSOE. Tampoco ha respetado, ni respeta al pueblo, a la sociedad vasca, Batasuna.

Es palmario, evidente, que Batasuna debe afrontar dos procesos simultáneamente: uno con todo el resto de agentes que tienen verdadero interés en alcanzar un escenario mejor para esta sociedad, incluida Aralar, mal que le pese a Batasuna.

El otro es el de su propia conversión en grupo político de vocación democrática, que puede no ser lo ideal, pero sin duda es mucho mejor que lo que todavía hoy representa.