De lo mucho que sabe y conoce el testigo

Está citado en la Audiencia Nacional para testificar acerca de las conexiones que Marlaska quiere ver entre la dirección del PNV y las actividades de extorsión etarra. Las conexiones, entendidas como eventual corresponsabilidad, no existen si no es en la mente enferma de Marlaska, pero... a nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce.

A nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce de cómo se organizó y, durante muchos años, se mantuvieron abiertos “la retaguardia y el puesto de mando madrileños de la guerra del norte".

A nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce de los métodos aplicados, desde la obediencia española para, más allá de la ética y de los modos democráticos, asumir los “efectos colaterales” de la violencia etarra como un mal necesario al servicio de los intereses políticos y económicos de las clases dirigentes españolas.

A nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce de los hilvanes que, socialistas y conservadores, han aceptado como sutura suficiente para el cierre de la fractura social, el olvido y la injusticia, herencias de un sublevamiento, de cuarenta años de dictadura y de una transición de opereta.

A nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce de cómo la violencia etarra y el nacionalismo español se han comportado, durante treinta años, como dos líneas paralelas que, en lugar de juntarse en el infinito, habrían de coincidir en el objetivo perverso de vencer un enemigo común, el partido nacionalista vasco.

En efecto, a nadie se le escapa lo mucho que el testigo sabe y conoce de muchas de las cosas que han pasado en los últimos cincuenta años, en Madrid y en Euskadi, pero sólo le quieren para hablar de una de ellas, la conexión EBB-impuesto revolucionario. ¿Serán tan diligentes los poderes del Estado para proporcionarle una tribuna al testigo, para hablar de todo aquello de lo que tanto sabe y conoce?