El pueblo contra el PERI


Algo agita los cimientos de la adormilada Gasteiz, se desenpolvan los megáfonos, las pintadas vuelven a cubrir paredes centenarias, de los balcones cuelgan pancartas cual sábanas oreándose al viento revolucionario. Se paraliza el PERI de Tres Santos. Las obras de las rampas mecánicas en el Casco peligran de continuar las movilizaciones en contra. ¿Que está pasando?


Desde luego no cabe duda de que el movimiento vecinal está poniendo en jaque dos de los planes urbanísticos más recientes del Ayuntamiento: el PERI del área de Tres Santos y el PERI del Casco Medieval. En el primer caso ya existe un acuerdo plenario de no hacer nada hasta que no se consensue una decisión con los vecinos de la zona. Ahora hay que concitar los intereses de gobernantes, técnicos y residentes. Los debates prometen ser tan eternos como infructuosos si del PP depende organizarlos. La realidad es que en esa zona circulan miles de vehículos al día por una carretera que es una auténtica muralla entre Salburua y el resto de la ciudad. En cuestión de meses ese nuevo barrio irá ganando población por cientos de habitantes. Algo hay que hacer, algo que no suponga una reducción de las zonas verdes y redefina integralmente el tráfico en esa zona, pero a estas alturas, ¿alguien confía en que se vaya a hacer algo?

En el caso del Casco Medieval la primera actuación de "impacto", la de las rampas mecánicas, no para de recibir impactos verbales en forma de insultos a los trabajadores de estas obras, impactos físicos en forma de patadas y pedradas al material de obra... En cuanto empiecen a instalar la cubierta acristalada será gozoso comprobar cuántas veces al día se reponen los vidrios rotos. La cosa ha llegado a un punto en que los responsables de urbanismo no saben cómo dar el siguiente paso en materia de rehabilitación del Casco. La plataforma vecinal AZAO exige una negociación "de igual a igual" con el gobierno municipal que sirva para redefinir todo el PERI del Casco Medieval. El caso es que, hoy por hoy, pocos apuestan por el éxito de las rampas y, visto el resultado, ¿alguien confía en que se vaya a hacer algo más en el Casco?

La cuestión es que la voz del pueblo ruge más que nunca y esa voz tiene nombre y apellidos, cabezas veloces y despejadas como las de Guillermo Perea e Iñaki Nuño. ¿Representan estas personas el sentir mayoritario del vecindario de Tres Santos o el Casco Medieval?, ¿son ellos la llave del buen funcionamiento de la participación vecinal? Más bien parece que su grado de protagonismo es directamente proporcial a la incapacidad manifiesta del tandem Alfonso Alonso/Jorge Ibarrondo para llevar las riendas de la cosa urbanística en esta ciudad. Y eso sólo puede cambiar con otro tipo de participación, la participación electoral.