“Nosotros”, “gureak”: simpatizante, afiliado, militante

No conozco en todo el mundo occidental de ninguna organización política al uso que ande sobrada de militancia, no tanto de afiliación. Entiendo por militante a aquella persona que, además de estar afiliada, participa activamente en la vida de la organización. El tercer grupo está conformado por los simpatizantes identificados con la organización. Todos ellos hablan del “nosotros”, del “gu” o “”gurean” de tanto y tan profundo significado en Euskal Herria. Últimamente asistimos a un aumento de los simpatizantes que no llegan a comprometerse con una afiliación.

La afiliación está en irremediable declive. Los partidos cuentan cada vez con menos unidades, y a duras penas consiguen nuevas adhesiones. Y a los que se adhieren con carné siempre les perseguirá el estigma de “algo querrá”, sobre todo en los partidos que copan poder e instituciones. En este blog hemos criticado a menudo el recurso a elementos no afiliados para cargos administrativos, considerando que primero están los afiliados, y después los simpatizantes. Es posible que esté llegando el momento que cambiar de chip, de considerar como parte integrante de un partido a aquella persona que no tiene carné pero sí mentalidad e ideología suficiente para ser considerado como uno de los “nuestros”, “gureak”.

La cuestión radica en cómo insertarlos en la dinámica partidaria desde el exterior. El problema reside en que si se amplía más de lo deseable la banda de los no registrados, terminen ellos imponiendo criterio y estrategia. Ante un 80% de afiliación inactiva, mayor y desenganchada de la vida del Partido igual ha llegado el momento de recurrir a otros medios para mantener el pulso organizativo, independientemente de que se esté gobernando o no. Bien es cierto que las tareas administrativas emplean a buena parte de los activos del partido que gobierna, con lo que habría que ver qué respuesta dan éstos una vez descabalgados del machito.

Si se terminara admitiendo esta figura del simpatizante no afiliado como miembro de una estructura ¿tendrían capacidad decisoria? Es evidente que muchos de estos “nosotros” “gureak” están socialmente asentados en los estratos (¿clases?) superiores o de control social, por lo que unamodo de participación cerrada no les aporta ningún beneficio, y sí, llegado el caso, perjuicios. Son conocidos al respecto las dos actitudes extremas. Por una parte, de quien, contra viento y marea, hace ostentación de su afiliación, incluso en la guarida del lobo (Javier Clemente); y por otra, el caso del comentarista mundialero de la Sexta que, llegado a la sierra madrileña, tiró el carné del Partido porque era perjudicial para su carrera en la capital.

Él propio presidente del EBB, JJ Imaz expuso unos retazos de por dónde pueden encauzarse en el futuro las diferentes formas de participación partidaria:

“Hoy vivimos otro tiempo. Hoy en día hay mucha gente que vive en Bergara y trabaja en Vitoria. Que vive en Dima y trabaja en Zamudio. Que posiblemente no puede implicarse ni en una Organización Municipal ni en otra, pero que igual puede participar en un foro del Partido, incluso virtual, aportando ideas, reflexiones, comprometiéndose a su modo. Quizá con diferentes formas de compromiso. Tenemos que asumir todo esto en nuestro funcionamiento organizativo y en nuestra mentalidad. El futuro viene por ahí. Y hay que ir preparando la Asamblea General de 2008 con estas claves. No nos vale con rememorar a Sabino, si no nos imbuimos de su espíritu. Tenemos que acertar más con el fondo que con la forma.”