¿Abertzales o ecuménicos?


Comienza el curso político y, además de mirar lo que pasa fuera, tampoco es mala cosa mirar las propias perspectivas, y es que para este año, parece que tengamos un nuevo plan de estudios: el nacionalismo de baja intensidad. Es la conclusión a la que, personalmente, llego después de conocer las últimas afirmaciones lanzadas desde las más altas instancias del PNV. Si primero fue lo de proponer una “pluralidad homogénea”, ahora nos dicen que, no es tanto el compromiso lo que importa, sino que lo trascendente es la cantidad: “todos somos necesarios

No es que, en sí mismo, un llamamiento como éste (“todos somos necesarios y lo que tiene que hacer el PNV es unir y atraer a la gente”) a la unidad interna no deba ser considerado como algo positivo, pero si el precio de semejante llamada es diluir el mensaje, rebajar el porqué y matizar -a la baja- la razón de ser del Partido Nacionalista Vasco, empiezo a tener mis más que razonables dudas de aquél juicio positivo.

Las palabras de Egibar eran claras: “quienes, en el PNV, se sientan cómodos formando parte del sujeto político del pueblo español, que se cambien de partido”. Evidentemente, para quienes militen o, de cualquier otra manera, se adhieran a los postulados sociopolíticos de otros partidos, ésta es una afirmación imposible de compartir, por su contenido inequívocamente nacionalista y abertzale. Lo que sorprende es que sea desde la dirección del propio PNV desde donde se promueva la enmienda: “como partido nacionalista nuestro objetivo es construir la nación vasca y las maneras de hacerlo pueden ser múltiples, de la misma forma que también puede ser múltiple el compromiso que adquiere quien milita en un partido”. Y es que conocido el texto que se enmienda, el contenido de la réplica debe entenderse como una llamada al aggiornamento de las exigencias nacionalistas, "no toca ser abertzale".

Ni estoy ni puedo estar de acuerdo con las palabras de Josu Jon Imaz. El compromiso de militancia no admite matices en cuanto a su alcance ideológico. La dedicación de tiempo o la implicación personal de cada militante sí que puede venir catalizada en función de muchos factores personales, familiares o profesionales, pero el compromiso con la propuesta política de un partido y con su alcance ideológico, o existe o no existe. Momentos habrá de explicitar de una u otra manera ese compromiso, pero lo que no es entendible es una rebaja del compromiso en sí mismo.

Especulaba Biturie hace pocos días el uso que Imaz estaría haciendo de la información privilegiada que desde La Moncloa podrían estar facilitándole. No es eso lo más preocupante; mucho más lo sería que alguien se haya prestado a hacer ciertos juegos sucios por encargo de Zapatero. Del optimismo de Josu Jon Imaz en cuanto a la inmediata adopción de medidas que favorezcan la distensión que la actual situación de los presos, a la lectura que algún comentarista hace de sus recientes intervenciones, hay un paso: “Bien sea para que Egibar tome nota y sepa que tiene que conformarse con convivir, dentro del PNV, con gente que no son tan independentistas como él, o bien porque ha querido enviar un guiño al gobierno socialista, el caso es que Imaz ha dado un paso adelante”.

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1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Lo mismo os dais una vuelta por el blog de Indarkide...

31 agosto, 2006 21:54  

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