Un par de apuntes


Setiembre se acerca. Lo primeros espadas vuelven a una arena política que los de Batasuna y ETA no han abandonado sui generis en todo el verano. La características más relevantes del verano político han sido la supuesta crisis de lo que conocemos por proceso de paz, la toma de las calles por el mundo ese del MLNV, la estrategia de alianzas que de cara al futuro están labrando los partidos de izquierda vascos, los arrullos de elementos del PSOE hacia el PNV y, no se sabe si como consecuencia de lo anterior, el afán de ETA, Batasuna y Gara de sacudir al PNV.

Ya no quedan astenagusias para manifestarse. Sólo restan fiestas menores. Lo mismo da, ya darán con la excusa apropiada los de la izquierda abertzale oficial para tomar, una vez más, la calle con cientos o miles de manifestantes; copar, por enésima vez, las cabeceras de los periódicos; y volver a cargar contra todo y contra todos aquellos que no comulguen con sus postulados.

En ese pim-pam-pum el PNV es plato preferido contra el que apuntar ¿A qué obedece tal actitud? Es harto elocuente que, después de que ETA mencionara expresamente en su comunicado al PSOE y al PNV, vengan después desde sus entornos político y mediático más cercanos, cargando continuamente contra la formación que lideran Imaz y Egibar. Egibar, hasta ayer mismo, no había sido, últimamente, el blanco habitual, pero, también a él, se le acabó la inmunidad «que abandone el teatrillo de Pimpinela entre los discursos de Imaz y Egibar y que dejen de confundir a la ciudadanía porque todos sabemos a dónde se dirige el barco del PNV, al neoautonomismo, a dónde ha estado siempre, para pactar de nuevo una reforma estatutaria con el Estado español». Volvemos al esquema de siempre. Ya no hay jeltzales buenos y malos. Todos son malos.

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