Las listas municipales


Papeletas electorales

Por mucho que las siguientes elecciones sean municipales y forales, los problemas para la elaboración de listas sólo afectan a las primeras. Las otras, las forales, al igual que las legislativas y otras retribuidas, están sobradas. Me comentaban estos días atrás que la única posibilidad que había de encontrar candidato jeltzale aceptable a un municipio vizcaíno de 600 habitantes era liberándolo, es decir, poniéndole sueldo. Las dificultades son tantas en los pueblos pequeños (menos de 5.000 habitantes) que los partidos con aspiraciones utilizan o aceptan, en el peor de los casos, todos los recursos a su alcance para confeccionar las listas ¡¡Estamos como para hacer cumplir la Ley de Igualdad o el Plan de Uso de Euskara!!

En los pueblos grandes y en las capitales con aspiraciones, ser candidato a alcalde, incluso a concejal, puede resultar hasta atractivo, porque, entre otra razones, en muchos casos el puesto conlleva un sueldo, y además puede ser un trampolín para posteriores cargos administrativos o políticos, que son la gran aspiración de toda persona metida en estos berenjenales. Es comos si antes de acceder al Gobierno Vasco, a las diputaciones o los diversos organismos adscritos a las instituciones hubiera que superar las pruebas de acceso, entre las que, hasta le momento, ser alcalde o concejal han sido las más habituales.

Los problemas llegan cuando gran parte del personal está ocupado en tareas administrativas bien remuneradas y no quiere hacerse cargo de un cargo que sólo acarrea quebraderos de cabeza y pocas satisfacciones, tanto personales como familiares. Así se entiende que se llegue a solicitar un sueldo para presidir un pequeño ayuntamiento. Esta es una realidad que clama a gritos, un problema cada vez más acuciante para todas las formaciones políticas, salvo para el MLNV.

Las épocas del militantismo ya pasaron. Conseguir afiliados es tarea imposible; y conseguirlos sin pretensiones, una quimera. Lo cual, trasladado a la elaboración de listas municipales en los pueblos pequeños es el mismo problema multiplicado por dos. Por eso extraña sobremanera que en las capitales y grandes pueblos exijan (¿cuál es la verdadera razón?) que se cumpla con la ley de Igualdad, al mismo tiempo que se salta a la torera el Plan de Uso del Euskara.

Etiquetas: