Los gastillos de sus señorías


Nos cuentan los diarios que sus señorías los parlamentarios vascos se subirán la dieta un 10%, y sólo un 3,5% el sueldo, hasta posicionarlo (es un decir) en 64.000 euros brutos anuales. Más tarde explican que la dieta es de desplazamiento, por eso de que los carburantes y las autopistas han subido mucho. No nos hablan de otro tipo de dietas, por lo que habremos de creer que las comidas, los lunch y otro tipo de ágapes se los pagan de su bolsillo, como deben de hacerlo, según cuentan, los funcionarios que directamente dependen de la vicelehendakari I. Zenarruzabeita, la cual, dicen,...

...no suelta un céntimo para un pincho de Navidad en su Departamento, mientras que los otros departamentos que, por ostentar ella el cargo que ostenta, también dependen de su Excelencia harán que ciertos hoteles de hasta 5 estrellas colgarán el cartel de “No hay platos suficientes”. Cosas de palacio.

Lo extraño, por anecdótico, de las dietas por desplazamiento es que los parlamentarios vitorianos que viven en la calle Siervas de Jesús también cobran. No mucho, sólo un insignificante pico de 355 euros mensuales, que comparado con los 521 € de los bizkaitarras y los 572 € de los giputxis es poca cosa. Me pregunto si los legebiltzarkides custodiados también cobrarán, porque su automóvil es oficial vayan a donde vayan, incluso después de la última verificación; o, por el contrario, habrán rehusado motu propio a la dieta. También me pregunto si los parlamentarios vizcaínos o guipuzcoanos que llegan en cuadrilla a la capital alavesa, ocupando un único vehículo, también darán cuenta de esa incidencia, para que les apliquen la oportuna reducción.

¡Ay, nuestros nuestros pobres representantes! Tanto a ellos como a los cargos políticos, que a cientos son, les supongo, en un acto de humildad, usando la bicicleta (en el caso de los vitorianos) para acudir a Lakua, y de Lakua a sus casas, y no el vehículo oficial que lo usan hasta para mear. O les imagino pagándose de su bolsillo el ágape navideño, o los menús diarios, o la autopista, o (…..), aunque sólo sea de vez en cuando. Me temo que estas líneas son más propias del inocente 28 de diciembre, y no de fechas de paz, solidaridad y felicidad ¡Que me río!

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