“Agente activo”, dos palabras que además de redundantes encierran, a nuestro juicio, un llamamiento importante. Ibarretxe las predica de sí mismo, de los ayuntamientos vascos e, incluso, de la ertzantza y es que ante “la que está cayendo”, sólo caben dos opciones: implicarse en los procesos y aportar, lo que cada uno y cada uno tenga a su alcance, o quedar expectante, medir, juzgar y esperar. Ibarretxe deja claro cual es su posicionamiento y cuál propone para la sociedad vasca. Cada uno tenemos en nuestra mano determinar “con que equipo jugamos”, si con los que arriesgan y se comprometen, o con los que nunca se equivocan y, por eso, prefieren que su propia "prudencia" y en definitiva su falta de compromiso, les paralice. Desde luego, quien pretenda un valor seguro, que opte por la segunda, mientras los demás nos “equivocamos”...
Más reflexiones previas: en los últimos tiempos (hablamos de años), el lehendakari Ibarretxe ha sido el único que, ante el riesgo de que la situación y los problemas del país se convirtiesen en endémicos, ha sabido y se ha atrevido a formular propuestas de solución, y mañana -cabezón él- volverá a hacerlo. Ni que decir tiene que, cuantas veces ha formulado sus propuestas, otras tantas la obediencia constitucionalista ha convocado a sus respectivas escolanías de “eunucos políticos” y, una tras otra, han tratado de devaluarlas, ignorarlas, tildarlas de electoralistas y, en general, de “neutralizarlas”. Han tratado de hacerlo y, en algunos casos, pudieran haberlo logrado, pero lo que no lograrán es pasar por alto lo que señalábamos arriba: Ibarretxe, y el PNV, son los únicos que han sabido asumir la dosis de responsabilidad que cada uno de los votos que recibieron llevan implícita y, en consecuencia, ahí están sus propuestas concretas, de las que se suelen definir como “negro sobre blanco”- ¿Dónde están, si no, las del Partido Popular?, ¿dónde las del Partido Socialista de Euskadi?, ¿dónde –además de las dirigidas a su propia subsistencia- la de la izquierda radical?
Lo dicho, mañana más…