Lecciones de la citación del lehendakari


Habrá más de una, no cabe duda. A nadie se le escapará, sin embargo, que una de ellas es la capacidad de convocatoria de formaciones no anexas a Batasuna. Fundamentalmente la del PNV. Se tenía la certeza de que la afilición jeltzale sólo se movilizaba para el Alderdi Eguna. Pues no. Acudirá, con la de hoy, a tres movilizaciones seguidas, en masa.

Otra lección, la segunda, es que la gente madura, o mayor si se prefiere, es la más ideologizada, a su manera. Son quienes vivieron con intensidad los años 60, 70 y principios de los 80, que volvieron a recuperarse del shoc de la escisión con la apuesta de Lizarra e Ibarretxe, y que se mantienen firmes todavía.

La tercera lección, la menos dudosa, es que la citación de hoy responde a un impulso de político ultra-nacionalista español, al cual se ha adherido buena parte de la magistratura encumbrada por el PP, y dispuesta a torpedear todo intento de solución del conflicto.

La cuarta corresponde a Zapatero. No se puede dudar de su españolidad. Es más, no erraríamos si dijéramos que es un nacionalista español. Un nacionalista en la onda de Herrero de Miñón, un español representante de la España amable (¿os suena el discurso?), un jefe de gobierno imprescindible para que los vascos y navarros solucionemos nuestro conflicto. Sin él, toca Rajoy; o, peor todavía, Acebes. Ayer tuvo el decoro de justificar las críticas al poder judicial. No es para menos. Él es más consciente que nadie de las continuas zancadillas y golpes bajos que el sector ultra, y mayoritario, de la judicatura le está propinando.

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