¡Paso a las bicicletas!


Todo el mundo tiene una bicicleta. Casi todos sabemos montar en bicicleta. Con circuitos seguros el número de bicicleteros se triplicaría en un año en Vitoria. Circuitos dentro de la ciudad, para acudir al médico, para ir a trabajar, para ir de gestiones al centro. No es suficiente con tener habilitados antiguas vías férreas, o tener una buena red de bigegorris en las afueras. Los necesitamos en el centro.

En los dos últimos años, con una mierda de bidegorris, se ha duplicado la cantidad de gente que usa, como medio habitual de transporte, la bicicleta. Cualquier candidato que se precie, aunque ni él ni su equipo haya subido jamás a un biciclo, tiene que tener muy presente este tema. Sino otros vendrán y la idea le quitarán.

Con la mitad del dinero que se va a invertir en el tranvía se puede diseñar una red vial para bicicletas desde la periferia vitoriana hasta el centro, con sus correspondientes ramales. Bidegorris con preferencia absoluta para sus usuarios. Habrá más alternativas; yo propongo cuatro:

1.- Partiría desde la zona Norte (Lakua/Sansomendi). Conectaría el centro con los barrios mencionados, con la sede del Gobierno Vasco, el Insituto Mendebaldea, San Prudencio, Txagorritxu, etc.

2.- Desde el Oeste (Zabalgana/Jundiz). Los trabajadores del Polígono podrían acudir al trabajo en 20 minutos desde el centro de Vitoria.

3.- La tercera llegaría hasta el Sur (Mendizorrotza/Universidad). Probablemente la de más usuarios, bien por ser zona de paseo habitual, bien por estar ubicados en ese trayecto los polideportivos Mendizorrotza y El Estadio, la Universidad, la Escuela de Idiomas, etc.

4.- La cuarta y última partiría desde Salburua, y llegaría al Centro atravesando Santa Lucía.

Las vías descritas enlazarían con centros comerciales como el Boulevard, el Polígono de Betoño, el Buesa Arena, etc. Cuatro entradas directas al centro con sus ramales. Los bicicarriles no deberían sortear semáforos, paso-cebras o zonas compartidas con peatones. Deberían disponer de acceso exclusivo para ellos, reduciendo el peligro a la mínima expresión.

Ya hace un año dije que con la primavera se multiplicarían los usuarios de bicicletas. Así fue. No sólo en la primavera, también en invierno aumenta el número. Este año volverá a ocurrir lo mismo. No es de extrañar en Vitoria, ciudad con unas carácterísticas idóneas para los bicicleteros. Las instituciones, sin embargo, los han desplazado al extrarradio, para paseos, para los fines de semana, para el ocio. No se trata de eso. Hay que impulsar la bicicleta como vehículo de transporte habitual al lugar de trabajo, a los centros educativos, a los hospitales.

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