La bandera española


El Tribunal Supremo ha rechazado un recurso presentado por el Gobierno Vasco, y la bandera española deberá ser colocada en los frentes de los edificios de gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca. Cabe recordar, que hace 25 años que la norma está vigente y que no se cumple. Las fuentes indican, que el Tribunal Superior se ha apoyado en lo establecido en la Constitución española, la cual los vascos no votaron afirmativamente, como así también, en una ley de comienzos de la década del 80, aprobada en Madrid.

No hay dudas, que esta actitud forma parte del constante avance del nacionalismo español, y su doble discurso. Por un lado, se predica a los cuatro vientos que España es un Estado plurinacional y pluricultural, como así también, que se respetan esas singularidades. Mientras por otro lado, se ponen en marcha estas disposiciones aprobadas en Madrid, cuyo único fin, parece que es lograr aumentar la crispación política, como lo vienen haciendo a partir de otras medidas políticas y leyes de excepción, que se elaboran y aprueban en el Estado, para ser puestas en practica en los Territorios Históricos vascos.

Es difícil hablar sobre legalidad, en una Nación sin Estado, donde sus ciudadanas y ciudadanos no puede ejercer su derecho a decidir, y elegir libremente que futuro desean como sociedad y Nación. Para ello se utilizan argumentos ridículos, como la existencia de mayorías calificadas para acceder a ciertos derechos. En este sentido, si el pueblo vasco tuviera el pleno ejercicio de sus derechos, seguro que no aprobaría leyes que limitarán en su territorio el Euskera, el cierre de periódicos, la participación política, etc.

Quienes gobiernan en Madrid, ni siquiera han cumplimentado las transferencias acordadas en el fenecido Estatuto de Gernika del año 1979, a esta altura, lo de la bandera española en los edificios, constituye sólo una ofensa más al pueblo vasco. Sería mejor que pusieran esa energía en buscar una solución al conflicto vasco y permitir a quienes forman parte de ese milenario pueblo la posibilidad de construir un futuro soberano, para poder vivir en adelante: sin ETA, sin GAL, sin Tortura y sin imposiciones, y seguramente también podrán elegir cual será la bandera que deberá flamear en los Territorios Históricos vascos.

Prof. César Arrondo. Universidad Nacional de La Plata (Argentina).

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2 Comentarios:

Blogger Askatasunaren Haizea dijo...

Buen artículo

Mil ikurriñas
Ramiro Cardona

Los símbolos patrios son una cosa importante para mucha gente por diferentes motivos que en este momento no viene a cuento relatar, pero que todos entendemos. Así lo hemos visto a lo largo de la historia en el mundo y así lo hemos visto en Euskadi. Los vascos, nos hemos dado la Ikurriña bicrucífera blanca, verde y roja , amada sin discusión, en lo profundo de nuestros corazones.

Me supongo que la bandera española significará lo mismo para los españoles. Y aquí estamos otra vez, con los sentimientos confrontados. ¿Se puede amar a la fuerza a la bandera española?

No, no se puede amar a la fuerza, pero, los símbolos nacionales se pueden imponer a los vencidos claudicantes. La última y reciente sentencia del más alto tribunal español lo dice expresamente, la bandera española “deberá ondear por imperativo categórico“. Yo me supongo, la alegría que habrá causado esta sentencia entre los españoles. Por fin los vascos tienen que tragar la bandera, odiada ya en el franquismo y sino sufrir el implacable peso de la ley, como les gusta decir. Para los vascos las leyes españolas siempre son implacables.

Cumpliremos con lo establecido en la sentencia que para eso todas nuestras autoridades cumplen escrupulosamente la legalidad vigente. Y aquí es donde, muchos ya no estamos de acuerdo, ni legalidad vigente, ni cristo que lo fundó. Los sentimientos no se pueden imponer. Muchos vascos, por no decir todos los vascos, o sea los que queremos ser vascos, no nos mueve ningún sentimiento amable con la rojigualda, es más, es una bandera que por su imposición categórica la rechazamos en nuestro corazón. Y siendo los símbolos una cosa tan importante, como nos demuestra la sentencia del alto tribunal, nos encontramos ante un conflicto serio.

Este conflicto se ha visualizado a través de los años enmascarado a través de la “guerra de las banderas “ durante las fiestas de verano y es posible que ya esté en mente de mucha gente plantearse el reto un año más. Sin embargo la experiencia nos dice que el efecto mediático al día siguiente es contrario a nuestros intereses vascos, Palos, pelotazos, heridos, repartidos por los responsables que tienen la obligación de velar por la legalidad vigente. Eso no es bueno y además tiene el significado peyorativo de la derrota moral, su prensa así nos lo cuenta.

Yo propongo a los partidos vascos institucionales un acuerdo, que levanten las banderas españolas en sus más altos mástiles por imperativo legal, pero que convoquen al pueblo que ama la ikurriña a sus pies, armados con tantas ikurriñas como seamos capaces de reunir, como rechazo a la bandera española impuesta.

La respuesta y la noticia sería diferente. Mar de ikurriñas, mil o cinco mil, se enfrentan sin violencia a la española. Resultado, ellos cumplen su legalidad vigente, y la sociedad civil planta cara con sus sentimientos. Todos en su sitio y que cada uno cuente la feria como más le guste.

Nuestros políticos darían una muestra de valor, frente al Estado que nos impone e impide y estarían con los sentimientos más queridos de nuestro pueblo. Ante la imposición rebeldía.

¿Nos llamarán a la convocatoria de izada de la española en el Ayuntamiento de Bilbao las próximas fiestas o tendremos que autoorganizarnos por su cobardí ?

¡Planta cara a la española, acude con tu ikurriña al ayuntamiento! Podía ser el eslogan.

03 agosto, 2007 09:26  
Blogger FÍGARO dijo...

Esto de la guerra de las banderas se ha convertido ya en un clásico del verano; Algo así como el tinto con gaseosa o los conciertos de Kepa Junkera.

Personalmente creo que la postura observada por el Gobierno Vasco - no poner ninguna bandera - es lo más prudente, a fin de evitar hacer sangre por gilipolleces.

Las banderas se supone que son símbolo de unión, de exaltación de lo que se tiene en común. Los vascos no sentimos rechazo por la bandera de la Unión Europea, a pesar de la "Guerra de la anchoa" y otros desencuentros. Simplemente no nos sentimos pisoteados por los europeos. Y aunque la bandera de la Unión Europea no sea nuestra bandera, o solo nuestra bandera, de alguna manera también nos reconocemos en ella, o al menos no nos estorba.

La bandera española se ha usado tradicionalmente para tocar las narices al vecino del "bando perdedor" de la aún no olvidada guerra civil.

Los hinchas del Real Madrid o del Atlético inundan de banderas los estadios en sus partidos contra el Athletic o La Real, cosa que no se les ocurre hacer cuando juegan contra el Sevilla, por ejemplo.

Me pregunto si la bandera española es realmente española. ¿La sienten realmente los españoles como suya?

Porque el caso es que la derecha y la extrema-derecha españolas (En este momento son casi lo mismo) se han apropiado de la bandera española hasta el punto que la usan para marcar distancias y tocar las narices, no ya al vasco "separatista" o al odiado catalán, sino también al resto de los españoles de diferente sensibilidad política: No hay más que ver las manifestaciones que montan contra el Gobierno del PSOE, por ejemplo.

Es divertido que el sitio que más se "venera" la bandera española sea el Ejército, donde desde la desaparición de la mili obligatoria, tiene casi la mitad de su clase de tropa de procedencia extranjera, de los paises centro y sudamericanos.

Quizá alguien debería empezar a pensar en una bandera de la España de las autonomías. Una bandera que uniera a los habitantes de diferentes partidos y autonomías del Estado. Algo que aunque los vascos y catalanes no sintiéramos como nuestra, al menos no nos causara rechazo.

Porque lo cierto es que no solo la bandera española, sino incluso la mera combinación casual de los colores rojo y amarillo en la ropa o en cualquier objeto, aquí nos hace instintivamente daño a la vista.

Y eso no es por casualidad.

03 agosto, 2007 10:26  

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