Coalición: ¿y por qué no?


¿Y por qué sí? Hasta lo que yo sé es a los máximos órganos internos del PNV (EBB y Asamblea Nacional) a quienes compete tomar la decisión sobre el formato electoral para las elecciones españolas del 9 marzo, bien bajo las siglas del PNV, bien en coalición. Coalición que, de ser, nunca podría denominarse Euskal Herria bai, por abarcar sólo parte del territorio nacional. Curiosamente, los medios de comunicación han dado carácter oficial a las declaraciones del candidato jeltzale por Bizkaia al Congreso (Josu Erkoreka) “El PNV estima que la coalición sería frentista y contraproducente para el plan del lehendakari”, y han relegado el intento de Egibar de conformar una coalición a una actitud personal, apartado del sentir mayoritario del EBB. Dudo que ande por su cuenta y riesgo. Personalmente creo sólo los órganos mencionados tienen atribuciones para tal decisión, y que las declaraciones o intenciones al margen de ellos hay que tomarlos como tales: actitudes personales.




Acudir, o no, en coalición no es un postura irrelevante que puede solventarse desde un punto de vista numérico, de conseguir más o menos diputados o senadores en nombre del PNV, de que unas siglas determinadas puedan difuminarse en las de una coalición. Dos diputados de más o de menos no cambiarán el transcurso del Congreso español. Es algo más trascendental. Presentarse en coalición teniendo in mente, y como objetivo, el Plan Ibarretxe supone convertir estas elecciones en plebiscitarias. Si se apuesta, hay que ganar. Si se pierde, el Plan habrá embarrancado antes del comienzo de su andadura. ¿Tenemos fuerzas suficientes para garantizar el éxito de la coalición? La respuesta afirmativa supone tener que superar en votos al unionismo en los tres territorios de la CAV. Eso es imposible en estas elecciones ¿Quiere esto decir que me posiciona en contra de la coalición? No

La cuestión estriba en socializar que los partidos que integren esa coalición son los que apostarán por el Plan Ibarretxe, por el Derecho a Decidir, cuyo recorrido, su Hoja de Ruta está claramente estipulado. Se trata de visualizar que detrás de unas siglas determinadas existe una mayoría social partidaria del citado Derecho, ni más ni menos. Las encuestas nos demuestran, reiteradamente, que los ciudadanos de la CAV están a favor de que en esta parte de Euskal Herria tengamos la capacidad de decidir nuestro futuro sin ingerencias externas. El problema está en que si queremos plasmar ese sentimiento mayoritario en resultados electorales los porcentajes pueden invertirse, porque el voto no se dirigirá a apoyar el Derecho de Decisión sino a aupar o descabalgar a Rodríguez Zapatero.

Desde ese punto de vista soy de los que creen que el sufragio, la consulta o el referéndum sobre el Plan Ibarretxe debe ser aséptico, donde sólo se vote ESO. Veo, sin embargo, la otra cara. Me refiero, en concreto, a que, aun admitiendo que 1+1 no siempre son dos, lo lógico es que una suma de voluntades en una única coalición traerá una aumento de votos y, en consecuencia, y no como elemento de mayor importancia, un mayor número de representantes en el Congreso y el Senado. Unos resultados escasos en caso de acudir en Coalición hunden el Plan Ibarretxe desde sus inicios. Ahora bien, ¿no se dará el mismo caso en caso de que acudamos separados y, en puridad, consigamos unos resultados más escasos que en coalición?

Para terminar insistiré en algo que me tiene preocupado y, como a mi, al Lehendakari y a los profesores universitarios Ramírez de la Piscina e Innerarity. La política y los políticos están en un momento delicado de prestigio y aceptación social. Es hora de cambiar de fórmulas y de volverlas más democráticas, es hora de dar al ciudadano la importancia que se merece, porque está preparado, porque lee, porque debate, porque tiene opinión fundada. En la misma medida creo que el tema que nos ocupa puede solventarse recurriendo al afiliado ¿Por qué no se le interroga? Que los máximos burukides se convenzan de que los afiliados tienen un criterio claro y definido. Así solventaremos la cuestión de manera absolutamente democrática ¿quizás demagógica?), y nadie podrá cuestionar el resultado. Ocurriría, eso sí, que tal procedimiento retocaría la toma de decisiones en la cúspide, trasladándola a la base, con lo que ello supone. Dejemos esta última cuestión para otro post.

2 Comentarios:

Blogger uriarte-net dijo...

No tengas duda de que tenemos criterio, por eso, algunos podemos pensar que esa coalición es una mera excusa para algunos.
Por esta razón, algunos creemos que lo justo es ir cada uno con su papeleta y después, en el congreso juntarnos con lo que cada uno saquemos, vamos decir en campaña que trabajaremos juntos en el congreso por el acuerdo político, como plantea el lehendakari. El plebiscito sobre le derecho de decisión, bajo mi humilde opinión solo sirve para decirle a los chicos de ETA que no les queremos para defender EUZKADI (territorio político que alcanza desde el Adour al Ebro). Personalmente, llevo tiempo opinando que como mucho, debemos de ir al senado unidos. Lo demás, es adelantar las autonómicas y ahora toca Madrid.

07 enero, 2008 09:00  
Anonymous Anónimo dijo...

Gorospe:

1. Léete el Artículo 1 de Estatuto de Gernika sobre "Euskadi" y "Euskal Herria".

2. Egibar sí anda por su cuenta y riesgo.

3. ¿Como sería la cosa?. Yo hago una coalición y, al día siguiente, cada uno por su lado (para formar, o no, grupo parlamentario) y, si te he visto no me acuerdo. ¿Es esto serio?.

4. Yo haría coaliciones de este tipo, tampoco en el senado, por ejemplo, en los 40 municipios guipuzcoanos (incluido Lizartza) donde no hay representación de los demócratas abertzales.

07 enero, 2008 11:08  

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