Arropar al lehendakari


Artículo de César Arrondo.

La Comunidad Autónoma Vasca comienza a transitar el camino que ya estaba pautado en la “hoja de ruta”, y que presentara oportunamente el gobierno tripartito, cuyo fin, es consultar a los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi, haciendo realidad, el derecho a decidir que le corresponde al pueblo vasco. En estos días se ha puesto en duda la legalidad de la consulta, no sólo desde Madrid, sino que también en el País Vasco, donde se han alzado las voces de las representaciones políticas del Estado en Euskadi, (PP y PSOE), como así también, de destacados dirigentes del bloque nacionalista, muchos de los cuales, han enarbolado algunas tesis, fundando las mismas, en la supuesta falta legalidad de la convocatoria al referéndum. En este sentido, estos políticos, parecen estar más preocupados por lo que dirá el Tribunal Constitucional, si es que algo opina sobre el tema, que por trabajar sobre el tejido social de Euskadi, con el fin de consolidar un camino que tiene el propósito de hacer realidad la resolución del conflicto político vasco.


Cabe aclarar, que tanto el articulado y los fundamentos del proyecto de consulta presentado en el Parlamento vasco, le otorgan a la misma, la necesaria validez jurídica, política y social, y además constituyen el soporte legal, para iniciar un proceso de normalización política, y garantizar un final dialogado de la violencia. Cabe destacar que todo ello será posible, a partir de los acuerdos a que se arriben entre las partes implicadas, y sin exclusiones.

El camino iniciado llegará a buen puerto, si todos los nacionalistas trabajamos en la misma dirección, sumando la mayor parte de voluntades a participar positivamente en al consulta. De nada sirven hoy las disquisiciones filosóficas sobre la legalidad o la oportunidad de consultar al pueblo. Nadie duda que existe una nación constituida por vascos y vascas, la cual, tiene derecho a vivir en paz y diseñar un futuro previsible, y para que ello sea posible, se necesita contar con la opinión de sus ciudadanos y ciudadanas. En tal sentido, hay un camino que no será fácil transitar, y para que lleguemos exitosamente al final del mismo, hay que arropar a Ibarretxe.


Prof. César ArrondoUniversidad Nacional de La Plata/Argentina